miércoles, 11 de julio de 2012

Los Libros Apócrifos

La palabra apócrifo significa escondido o secreto.

El término apócrifo se aplica a una serie de libros que varía entre once y dieciséis, los cuales aparecen entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.

Estos libros llegan a nosotros en una secuencia más o menos cercana a los libros canónicos de la Biblia.

La historia de estos libros es un tanto fuera de lo normal. Las opiniones en la iglesia, a través de los años, ha variado bastante, trayendo como consecuencia mucha controversia. Los judios de la dispersión, en Egipto, tenían estos libros en alta estima, incluso los incluyeron en la versión griega del Antiguo Testamento conocida como Septuaginta, pero fueron eliminados del cánon hebreo por los judíos de Palestina.

La Iglesia Católica en el concilio de Trento, 1546 d. C. declaró once de estos libros como canónicos y aparecen en versiones católicas modernas de la Biblia.

Entre los libros apócrifos tenemos los siguientes: 1 Esdras, 2 Esdras, Tobías, Judit, Adiciones la libro de Ester, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, La Epístola de Jeremías, La Canción de Los Tres Jovenes, Susana, Bel y El Dragón, La Oración de Manasés, 1 y 2 de Macabeos.

Opinión de la Iglesia Protestante ante los Libros Apócrifos

Se acepta que algunos de estos libros contienen un alto valor literario e histórico, pero se han omitido del canon bíblico, principalmente, por las siguientes razones:

1. Nunca fueron citados por Jesús y se duda que por los apóstoles.
2. La mayoría de los líderes de la iglesia primitiva (Los Padres de la Iglesia) los consideraban como no inspirados.
3. No aparecían en el canon hebreo antiguo.
4. La calidad inferior de la mayoría de estos escritos, al compararlos con los libros canónicos, los hace indignos de merecer un lugar en las sagradas escrituras.

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